Una experiencia de 3 horas que no se hace larga para nada, por temas logísticos van a reducir su duración con lo que tuvimos la suerte de disfrutarla íntegramente. Destaca por encima de todo el roleo y las interacciones con los personajes que pueblan la sala, hay que ir con una actitud abierta y festiva. A tener en cuenta que es un escape atípico (o anti-escape, como lo denominan sus propietarios) donde los puzzles tienen un papel accesorio.
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