Desde el momento en que sube la persiana de acceso a la experiencia se intuye que va a ser inolvidable. Es como si Bruce Wayne hubiera creado un escape en su cueva y te invitara personalmente a disfrutarlo. Ojo, que no va de Batman sinó que es un homenaje cinéfilo que toca todos los palos. Quizás sus únicos defectos sean que los puzzles pueden dejar insatisfechos a los más jugones y que la parte de terror es light si lo comparamos con lo que se hace en España. El resto no es de 10, ¡es de 14! Imprescindible.
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