Variante muy poco habitual de escape room que pone su énfasis en plantear problemas complejos para que los jugadores se expriman los sesos. Yo me atrevería a llamarlo un "Thinking Room" y lo recomendaría a cualquier escapista que quiera probar algo diferente. De todos modos hay que ir con las baterías cargadas, así que yo evitaría enfrentarme a este reto muy temprano por la mañana o un viernes después de una dura semana de trabajo.
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